Además del consumo de energía del coche eléctrico, el rendimiento de la batería es decisivo para la autonomía del coche eléctrico: la energía de su batería equivale al combustible de un coche con motor de combustión interna.

Las modernas baterías de iones de litio ofrecen una excelente combinación entre una alta capacidad energética y un diseño compacto. Por esta razón, estos dispositivos de almacenamiento de energía técnicamente sofisticados son utilizados por la mayoría de coches eléctricos. Y es que no son solo el componente más importante, sino también el más costoso. Si ahora te estás preguntando cuál es el precio de la batería de un coche eléctrico, este oscila entre 6.000 y 20.000€, en función del fabricante y del tipo de coche.

Seguramente te has preguntado alguna vez cuánto tarda una batería de coche en cargarse. Una batería de capacidad media puede llegar al 80% de su carga en dos horas aproximadamente, siempre que esta se realice en una estación. Si la carga se lleva a cabo en el domicilio, tardará más (entre cuatro y ocho horas).

¿Cuánto cuesta cargar un coche eléctrico en 2022? La fórmula es simple: si lo cargas en casa, pagarás el precio del kWh que tengas establecido en el contrato de tu compañía eléctrica. Si optas por una estación de carga pública, el precio será más elevado y tendrás que pagar diferentes tasas y costes. Eso sí, si queremos responder a la pregunta de cuánto cuesta cargar una batería de coche eléctrico, hemos de tener claro que resulta mucho más económico la carga de esta que llenar el depósito de gasolina o diésel.

También conviene recordar que una velocidad de carga adecuada prolonga la vida de la batería. De hecho, la carga rápida es más perjudicial para esta que una carga más lenta y suave. En este sentido, el ADAC recomienda un cargador de pared para cargar el coche en casa. De ese modo, se evita que el enchufe o la toma se recaliente y, a su vez, la batería se cargue a una velocidad moderada y más saludable.

Con las baterías de los coches eléctricos ocurre más o menos lo mismo que con los smartphones: los niveles de carga extremos no son buenos. Si continúas cargando o descargando la batería de tu coche hasta el límite, reducirás su capacidad a largo plazo, pues los voltajes en las celdas de la batería que son demasiado altos o demasiado bajos reducen su vida útil. Conducir con un nivel de carga de entre el 20 y el 80% es significativamente más recomendable. En algunos coches eléctricos, esto ya se tiene en cuenta con ajustes predeterminados: tan pronto como alcanzan el 80%, se detiene automáticamente el proceso de carga. Para pausas más largas en la conducción, un nivel de carga en reposo de alrededor del 50% resulta óptimo.

Además de los niveles de carga extremos, las temperaturas extremas también influyen en la duración de la batería. En verano es recomendable estacionar el coche eléctrico en la sombra siempre que sea posible, ya que demasiado calor daña a la batería. Lo mismo se aplica al frío extremo: si tienes la posibilidad de dejar tu coche en un garaje, debes hacerlo, sobre todo en invierno.

Por último, el estilo de conducción también puede afectar la vida útil de la batería de este tipo de coche. Es recomendable no acelerar ni frenar de manera brusca, conducir con precaución en lugar de una excesiva deportividad… Un estilo de conducción prudente no solo garantiza una mayor seguridad en la carretera, sino que también prolonga la vida útil del coche eléctrico.

Si la vida útil de la batería expira en algún momento, todavía está lejos de convertirse en chatarra. Si el suministro energético ya no es suficiente para operar en un coche eléctrico, la batería aún se puede utilizar, por ejemplo, como almacenamiento estacionario para domicilios.

Si se interconectan muchas antiguas baterías de automóviles eléctricos, también se pueden cubrir mayores requerimientos de energía. Por ejemplo, en edificios de oficinas. También hay novedades en cuanto al reciclaje: mientras que los plásticos, el acero y el aluminio se recuperan de las carcasas del mismo modo que se hace con los componentes de las baterías, las materias primas de estas también se están volviendo cada vez más importantes. Es por esto que el reciclaje del litio, cobalto y grafito se incrementará durante los próximos años.

En el futuro, las baterías de estado sólido podrían garantizar autonomías aún mayores y una vida útil más prolongada. Una mayor capacidad de energía y una producción más barata se encuentran entre las ventajas decisivas de estas baterías, que contienen electrolitos sólidos en lugar de los habituales líquidos. ¿Sabías que junto con el socio estadounidense QuantumScape, Volkswagen está examinando actualmente la construcción de una planta de producción de baterías de estado sólido en Salzgitter, Alemania?

Asimismo, en la actualidad se están probando recubrimientos atómicos especiales que hacen posible los trayectos de gran alcance y también podrían acelerar significativamente los tiempos de carga. Además, el desarrollo de la batería de iones de litio sigue avanzando: en estrecha colaboración con los fabricantes de automóviles, los productores de baterías mejoran constantemente la calidad y la vida útil de sus productos.