Motor y chasis: Los corazones de tu Volkswagen

La correa de distribución transfiere el movimiento del cigüeñal (eje acodado) hacia el árbol de levas. Esto provoca que se abran y cierren las válvulas del motor. La mezcla de carburante y aire entra en la cámara de combustión, explota y pone en movimiento los pistones. Normalmente, la correa de distribución también activa la bomba de agua.

Una correa demasiado antigua o en mal estado se puede romper y causar daños irreversibles al motor. El motivo: la válvula de control del motor se desincroniza y el pistón golpea la válvula como una bala (muchas veces, a 15 m/s). En algunos casos es necesario reemplazar toda la culata.

En función del modelo, motor y estilo de conducción, una correa puede durar hasta 360.000 km. Encontrarás información sobre los intervalos exactos de sustitución en los Servicios Oficiales, sobre todo si realizas muchos trayectos cortos, si tu coche permanece estacionado con frecuencia o si ya has recorrido más de 240.000 km.

Antes de vender cualquiera de nuestros modelos, comprobamos la correa de distribución. Si estás pensando en un coche de ocasión, echa un vistazo a Das WeltAuto.

Una correa de distribución mal instalada puede destrozar el motor. Es más, cambiarla es bastante complicado. Además del conocimiento técnico, se necesitan herramientas específicas. Es mucho mejor que un Servicio Oficial lo haga por ti.

Dependiendo del tipo y de la calidad, las bujías duran como mínimo entre 30.000 y 90.000 km. Respeta los intervalos del plan de mantenimiento. De esta forma, sabrás enseguida cuándo tus bujías no funcionan correctamente. Y evitarás los consiguientes costes añadidos.

Puedes prolongar la vida útil de las bujías manteniendo el nivel de aceite adecuado y con un modo de conducción adecuado. Si hay demasiado aceite, se tornan aceitosas; si realizas muchos trayectos cortos, se volverán carbonosas. El motivo: El motor no alcanza la temperatura que las bujías necesitan para realizar la autolimpieza.

Las bujías están expuestas a una presión muy elevada, vibraciones y temperaturas de hasta 3.000 °C. Incluso aunque sean pocos, los fallos de las bujías pueden dañar el catalizador.

Incluso aunque parezca fácil cambiarlas, un pequeño fallo puede provocar un daño considerable al motor. Cada motor necesita una bujía diferente. La bujía equivocada dañará el motor tanto como la herramienta equivocada o un par equivocado durante el montaje. No corras riesgos.